martes, 2 de septiembre de 2008

Fauna autóctona del gym

Después de haber asistido durante varios meses al gimnasio de mi barrio, y de haberme observado y observado a los demás, me he dado cuenta que existe una fauna autóctona del gim. Paso a enumerar:
Las chicas lindas, con terrible lomo pero con escoliosis ( una pena porque por mirarles el culo los tipos no le miran la cara).
Las chicas feas con terrible lomo y con escoliosis también… lo que, supongo, será un alivio para los tipos porque por mirarle el culo no le miran la cara.
La treintañera entrada en kilos…muy entrada…digamos que ya están en el living. A estos especimenes todavía les quedan los resabios de juventudes turgentes… es lo único que les queda porque de las tetas y el culo mejor no hablar.
Las cuarentonas y cincuentonas que, por recomendación de una vecina mal llevada deciden inscribirse en un gym. Son fáciles de identificar por lo vistoso de su atuendo: calzas de colores brillantes, remera floreada o con motivo naval, vincha de toalla, botellita de agua en la mano, sudorosa…desagradable.
El señor gordo que por recomendación medica “se tuvo” que anotar. También fáciles de identificar: shorts o extremadamente cortos o extremadamente largos ( siempre en los extremos), remeras ajustadas por la adiposidad localizada ( lo que deja ver a las claras que esa es la primera vez en su vida que hace actividad física).
El jovencito musculosa que va a hacer sociales. Característica: 1 serie de 10 repeticiones en algún aparatejo, 20 minutos de descanso chamuyándose a las minas más potables del salón de fierros. Otra serie de 10 y otra de 20 de boludeo. En síntesis, se pasa toda la tarde hasta entrada la nochecita sin haber transpirado ni una gota y con la rutina a medio terminar.
El jovencito flacucho que se anotó porque está cansado que lo jodan en el secundario.Quiere sacar músculos. Es su único objetivo en la vida. Y ahí anda, de aparato en aparato, matándose con la carga y las repeticiones. Eso sí… Cada vez que termina una serie se para de perfil frente al espejo y controla si le han crecido los brazos, los pectorales y hasta el culo. Se pasea en pose de fisicoculturista en competencia. Es el “nerd” de las pesas.

Ustedes se preguntarán en qué categoría estoy yo…no se los pienso decir. Ahora bien, si por casualidad me encuentran en el gimnasio…les pido un favor: no se rían de mi remera floreada.