domingo, 20 de julio de 2008

La Sonrisa de Rony

Desde hace un año ya que me he tomado la costumbre de ir al gimnasio dos veces por semana.
Debo confesar que al principio me costaba bastante pero con el correr de los meses y la observación de algunos resultados, me empecé a acostumbrar y ahora ya es mi ritual. Tal es así que los días que falto por algún motivo valedero, me da como un síndrome de abstinencia y me empiezo a sentir mal… angustiada… culposa digamos.
Bueno… la cuestión es que hace ya varias semanas que mi profesor habitual de gimnasia localizada, falta. Está enfermo, cuando no es por una cosa es por otra y…falta.
Parecerá una tontera, pero las 40 lechonazas que asistimos sistemáticamente a sus clases, lo extrañamos. El club, muy contenedor y cuidando de la clientela, nos pone profesores suplentes que hacen lo imposible por hacernos sentir menos la ausencia de Martín.
Hoy fue uno de esos días de ausentismo del profe y a las siete de la tarde entró al salón vidriado donde hacemos nuestra clase un suplente.
A primera y segunda…y tercera vista estaba muy bien. Típica figura de triángulo invertido que tanto gusta a las chicas . Fuerte por donde se lo mirase.
Claro…al correr de los segundos ( porque no necesité más de 20 para comprenderlo) saltó ante mis ojos la verdad: la forma triangular de su musculoso cuerpo no era lo único invertido que tenía “RONY”.
La clase comenzó con una música marchosa y terriblemente estruendosa. Ya eso me predispuso mal porque no hay nada que me moleste más que los ruidos fuertes. Pero al ratito comencé a sentir cierto malestar hacia el musculoso profesor que se zarandeaba de un lado al otro tratando de hacernos entrar en calor. Más allá de lo desagradable sensación de sentir que el cuerpo comenzaba a levantar temperatura y la remera comenzaba a humedecerse, traté de racionalizar el motivo de mi sentimiento negativo hacia el pobre Rony que ahora aleteaba sin cesar. Yo no soy muy puritana y no me gusta discriminar, por eso no podía creer que me sintiera así por su situación de muchacho “feliz “( ¿no es eso lo que significa la palabra GAY?). La reflexión me llevó varios minutos, porque pensar no es mi fuerte, hasta que llegué a la conclusión de que lo que me molestaba de Rony no era su condición de homosexual, pues al fin de cuentas cada uno puede hacer de su culo un candelabro ( nunca mejor usada la metáfora), sino que lo que me molestaba era esa sonrisa tatuada en su cara. Era una sonrisa amplia, de esas que muestran que uno tiene todo el comedor sano y completo o por lo menos bien arreglado y limpito. No dejaba de moverse, transpiraba copiosamente, pero la sonrisa era permanente. Varias justificaciones saltaron a mi mente para responder a la famosa pregunta pendenciera “¿De qué mierda te reís?”. Primero pensé que lo hacía para levantarnos el ánimo, al fin de cuentas estábamos sufriendo la ausencia de nuestro profe. Luego pensé que lo hacía para caer simpático. Luego pensé que lo hacía porque se lo exigía el contrato con el club… pero cuando nada de eso justificaba que en medio de los abdominales y las sentadillas con pesas el tipo siguiera sonriendo… comencé a pensar que en realidad algo más macabro debía estar detrás de esa fachada amigable de Rony.
“¿De qué se ríe el puto este?”- pensé para mis adentros, “¿Por qué todos los putos son simpáticos, se ríen con facilidad y caminan como saltando en un jardín florido?”. ¿Qué es lo que tienen ellos que uno no tiene? ¿Es que han encontrado el secreto de la felicidad? ¿Qué tienen los putos que no tenga yo?. En eso estaba pensando mientras trataba de levantar la pierna con una tobillera de medio kilo atada , cuando de pronto ví la luz… y obvio… subí.. Como una visión divina comencé a ver todos los pros de ser gay, y todas las contras de ser mujer.
¿Cómo no van a ser felices si no sufren los malestares premestruales, los dolores menstruales y las separaciones posmenstruales?
Si una mujer es conocedora de varios hombres ( en el más estricto de los sentidos bíblicos de la palabra) se la califica de “puta”. ¿Què se le dice a un puto promiscuo?¿” Re puto”, “puto puto” “puto al cuadrado”? ¿Què es peor para un puto que te digan puto? NADA. Así que su putez queda impune, no siendo igual la regla para las mujeres ( que esperamos con ansias que llegue la regla si hemos estado putaneando por ahí).
Los putos no tienen hijos por lo tanto no se les caen las tetas, no se les deforma el cuerpo, no le salen várices, no se les ensanchan las caderas, no se les cae el lculo, no les salen estrías y lo que es fundamental… pueden dormir, cagar , bañarse y coger cuando quieran y cuanto tiempo quieran. Las mujeres que hemos sido madres bien sabemos que esos cuatro verbos, después del parto se conjugan poco, rápido y mal
Todos los putos son lindos, así que los que forman parejas lo hacen con seres tan hermosos, bellos y cuidados como ellos. No corremos la misma suerte las mujeres que en más de una oportunidad besamos a nuestras parejas para ver si se cumple la profecía del cuento fantástico y los sapos que tenemos al lado, se transforman de una vez por todas en hombres hermosos, bellos y limpitos.
Cuando había llegado a este punto de la reflexión, entre gemido y gemido de dolor, llegué a la triste conclusión que ser puto está bueno… tenés todas las ventajas y ninguna desventaja… así que entonces compredí la sonrisa inmutable de Rony que seguía exigiendo que hiciéramos movimientos que no he visto ni siquiera en las contorsionistas del circo de los acróbatas chinos.
Y como broche final… ese puto… se estaba vengando de cuarenta minas que además de pasarla peor que él en la vida, tratábamos de imitarlo en sus movimientos de cisne. Mirando al grupo era lógico que se riera, porque se vengaba y porque estábamos moviéndonos patéticamente. Una mujer no puede llegar ni a la suela de los zapatos de Rony, él lo sabía y ahora lo sé yo. Por eso… seguramente, la próxima vez que nos crucemos en sus clases… seremos dos los que nos riamos.

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