jueves, 31 de julio de 2008

No es del Golden todo lo que seduce

Hay lugares en la vida que uno no puede dejar de conocer. El Golden es uno de ellos. Desde hacía años que quería ir a ese “cabarulo femenino” para ver … VAYA A SABER QUÈ COSA NOVEDOSA.
Cuando mis compañeritas de trabajo me invitaron a festejar , debo confesar que lo dudé, pero luego de conversar largamente con mi psicólogo me aconsejó que fuera; nadie me miraría como una vieja verde, nadie me juzgaría como una sexópata y nadie me diría “insatisfecha sexual”. Ya se sabe…entre bueyes no hay cornadas.
Allí estaba yo dos semanas después .Tuve que esperar una hora en la puerta. Obviamente, los tipos pasaban y… contrariamente a lo que me habìa dicho mi psicólogo…me miraban con cara de “qué vieja verde que sos”, “sos una sexópata, mamita” o… “después vengo y te doy una revolcada, perra insatisfecha”.
Dentro del local nos recibieron “los muchachos” que nos sirvieron unas riquísimas pij…digo pizzas.
Un travesti anunciaba a los bailarines.
El primero que apareció recibió una gran ovación…la cual fue decayendo a medida que iban transcurriendo los minutos igual que su entusiasmo y la erección de su miembro.. El muchacho vestidito con un short de lycra se meneaba de un lado para otro. Supuestamente eso debía enloquecernos. Pero lógico, una cosa es el entusiasmo de los primeros 5 minutos. Luego las que estábamos sentadas en la primera fila y el interés en el tamaño del bulto ya había pasado a segundo plano, empezamos a notar que la sonrisa del bailarín había comenzado a desdibujarse. Claro… ¿quién podría sonreír con los retortijones que te debe dar tanto bamboleo?
Luego de un rato, el bailarín se fue dando paso al “piloto”. Un muchachote obviamente disfrazado que, subió al escenario de un salto y luego de tomarse un trago, abrió su saco y nos mostró, sin preaviso alguno, el miembro viril más espeluznante que haya visto en mi vida.
Me sorprendí, no por lo intempestivo del movimiento, sino por la extraña coloración de su miembro que asomaba por arriba del pantalón tímidamente o quizás queriendo huir porque sabía la que se le venía.
Debo confesar que pensé que era un chasco. Que en cualquier momento el muchachote se iba a abrir el pantalón y esa prótesis iba a caer para dar paso a algo más sensual… pero me equivoqué. No sólo no era plástico, sino que era efectivamente su pene. Una cosa espeluznante de ver. Estaba totalmente MORADO.
A esa altura yo ya no podía calentarme con nada porque la pena me invadía. Una pena terrible por el pobre pito que estaba siendo retorcido sin piedad por su dueño.
Todo el show fue así : penes a punto de ser amputados por mala irrigación sanguínea, pubis raspados con la afeitadora para evitar las manos bestiales de cuanta boluda calentona se quiera agarrar de los pelos, bailarines drogados…. Incluso cuando el bailarín se me acercó, bamboleando sus boleadoras… le di a entender que estaba perdiendo su tiempo, que era preferible que se fuera a tomar un café; bien lo necesitaba para descansar y darle un poco de paz a sus caderas e intestinos.
Conclusión, cuando terminó el show , que para mí duró siglos porque una vez que viste a uno, viste a todos, los bailarines salieron corriendo del local y yo tras ellos. Igual me saqué una foto … al fin de cuenta… PARA ESO ESTÁN ¿no?

2 comentarios:

Cla dijo...

Juaaaaajuajuajuajua!!! Nena, me encanta tu blog y como escribís. Te linkeo así paso más seguido, y cuando junte ganas posteo mi experiencia en ese tipo de antros de la perdición...

Mecha dijo...

Como yo estuve ese día leí con suma atención tu comentario Menos mal que no dijiste nada de las reacciones de "algunas"personas(femeninas)cercanas a nosotras(física y laboralmente)¿me entendés?